Los jóvenes de Barcelona reclaman su derecho a utilizar el espacio público por la noche para disfrutar de sus ratos de ocio. Eso sí, la gran mayoría (81%) están dispuestos a aceptar limitaciones. Así se desprende de los resultados del proyecto Joves i Nit, impulsado hace dos años por la Fundación Jaume Bofill con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona. Según el estudio, en el que han participado 1.096 personas de entre 15 y 29 años, los jóvenes admiten que ocupar la calle de noche implica acotar horarios (26%), respetar las normas de civismo (19%) y controlar los niveles de ruido (15%).
"Esto rompe con el tópico de que los jóvenes son irresponsables y sólo piensan en divertirse", defendió el presidente de la fundación, Jordi Sánchez. Las encuestas revelan otro dato: la inmensa mayoría prefiere que la oferta nocturna esté integrada en el núcleo urbano, y no en complejos de ocio alejados de la ciudad. Las opiniones de los jóvenes también van en el sentido de alargar la noche: ampliar los horarios de los locales y del metro. Otros plantean la posibilidad de que los equipamientos municipales abran de noche. Lo único que los jóvenes quieren que se rebaje es el precio: piden un ocio más asequible.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de marzo de 2006