El Gobierno británico reconoció ayer que no podrá cumplir el objetivo que se había impuesto de reducir para el año 2010 en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero respecto al nivel de 1990. La reducción alcanzará como máximo entre el 15% y el 18% si se toman medidas adicionales. Aunque esto significaría estar dentro del objetivo británico acordado en la UE para el cumplimiento del Protocolo de Kioto, que es del 12,5%, el hecho de no alcanzar el plan de contención de las emisiones previsto supone un importante contratiempo para el primer ministro, Tony Blair, que ha ensalzado la lucha contra el cambio climático.
La ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Margaret Beckett, presentó ayer una serie de nuevas medidas entre las que figura la instalación de contadores que permiten a los usuarios medir su consumo de energía, medidas fiscales para penalizar a los vehículos que más consumen y la imposición de nuevos límite de emisiones industriales.
Ante las críticas de los ecologistas, el Gobierno explicó el fracaso de sus objetivos de contención de emisiones por el mayor crecimiento económico registrado en el país en los últimos cinco años y por la progresiva sustitución del gas por el carbón para generar energía dado el alto precio del gas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de marzo de 2006