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Crítica:MADRID EN DANZA

Calidades y belleza

El festival madrileño ha comenzado con una agradable sorpresa y un excelente trabajo. El baile refinado de Liñán y Pericet, acompañados de los también eficientes Daniel Doña y Marco Flores, fueron capaces de aportar una gama llena de detalles y matices, un trabajo de danza española rico y variado que no se obsesiona con el percutido del suelo, que no quiere romper el entarimado a golpe de tacón, sino acariciarlo.

Con muy buen gusto, tanto en las luces como en el vestuario o la selección musical, estos cuatro artistas capaces, seguros y honestos hicieron un recital que iba desde la expresión intimista de la tradición flamenca al uso atinado de elementos contemporáneos, donde nada rechina ni nada sobra y dejan claro que el relevo generacional pasa por ellos como nombres punteros.

Compañía Manuel Liñán y Olga Pericet

Cámara negra. Coreografía y dirección: Liñán y Pericet. Música: José Luis Montón, Fernando de la Rúa y otros. Luces: David Pérez. Vestuario: Antonio Belard. Festival Madrid en Danza. Teatro de Madrid, 30 de marzo.

El baile de Manuel Liñán es cerebral e intenso, con una amplia gama en lo expresivo, y lo mismo podría decirse en su campo de Olga Pericet, una mujer menuda y tenaz que en el escenario se crece con una danza que debe calificarse de excelente y excepcional.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de abril de 2006