Una escuela de Berlín en un barrio de numerosa población inmigrante se ha visto obligada a poner policías en la entrada para evitar que los alumnos lleven armas a su interior y creen incidentes. Los profesores han sido quienes han dado la señal de alarma, mediante una carta publicada en los medios de comunicación en la que pedían ayuda a las autoridades de Berlín. "No sabemos qué hacer", aseguran los docentes de este colegio de 224 alumnos donde el 83% de ellos son de origen extranjero, principalmente árabes y turcos. Algunos docentes "van a clase con el teléfono móvil por si tienen que pedir ayuda".
"La policía me ha registrado la cartera, pero no ha encontrado nada", aseguraba un alumno, que no quiso dar su nombre, ante la puerta del colegio. "Los que causan problemas son una minoría", han asegurado algunos responsables de educación de Berlín.
La violencia en esta escuela ha abierto un debate nacional sobre la necesidad de integrar mejor a los alumnos inmigrantes y sobre las deficiencias del sistema educativo alemán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de abril de 2006