El no de Esquerra Republicana (ERC) a la reforma del Estatuto catalán tal como fue votada en el Congreso sigue dividiendo al Gobierno de la Generalitat. El presidente, Pasqual Maragall, insistió ayer en que confía en que los republicanos terminarán por sumarse al sí cuando el Estatuto sea sometido a referéndum. Pero ERC comienza a sentirse agobiada por la presión de sus aliados, y su portavoz, Joan Ridao, pidió a Maragall que deje de amenazar con echarla del Gobierno o con adelantar las elecciones. "Estamos dispuestos a garantizar la mayoría parlamentaria", advirtió, "sobre todo si nos dejan trabajar tranquilos".
Maragall reiteró en la sesión de control parlamentario al Ejecutivo que la división sobre el Estatuto no va a paralizar a su Gobierno. Y muy en particular en todo lo relativo a la campaña sobre el referéndum del Estatuto, en la que aseguró que va a implicarse personalmente "a fondo" y a poner toda la carne en el asador, incluso si esto debe ser al precio de imponer su autoridad sobre la mitad del Gobierno que está en manos de ERC.
El presidente anunció que el nuevo Estatuto será remitido a todos los hogares de Cataluña y que el Gobierno hará todo lo necesario para que los ciudadanos "conozcan lo que se ha conseguido".
Los republicanos han asumido ya que están en minoría en el Gobierno y en el Parlament en su rechazo al Estatuto. Sin embargo, en su turno de preguntas a Maragall, Ridao reclamó el derecho de su partido a ser coherente y a defender en el Senado la posición que adoptó en el Congreso. El trámite en el Senado, en el que ERC mantiene vivas 54 enmiendas, "no será un paseo militar", advirtió.
Maragall sostuvo que "respeta la autonomía" de los partidos en sus posiciones sobre el Estatuto, pero renovó en el Parlamento su petición a ERC para que no alargue el trámite en el Senado y animó a los valedores de la "voluntad mayoritaria" de este partido a "reconsiderar" su voto negativo.
El líder del primer grupo de la oposición, Artur Mas, de CiU, pidió a Maragall que explique con claridad qué le ha obligado a tomar un decisión tan "drástica", dijo, como la de tomar los acuerdos del Gobierno por mayoría y no por consenso entre los consejeros. Con esta medida, afirmó, "certifica y abona la división
no la unidad y la cohesión". Esto es, aseguró, "la peor de las soluciones" para resolver los males que a su juicio aquejan al tripartito desde sus primeros días.
En su respuesta a Mas, el presidente leyó un artículo de la ley que regula el funcionamiento del Gobierno en el que se dice que éste "tomará sus decisiones por mayoría y en caso de empate el voto del presidente es dirimente". Maragall criticó que Mas ignorara este precepto pese a haber sido muchos años miembro de los gobiernos presididos por Jordi Pujol.
La decisión de ejercer esta facultad del presidente en estos momentos, cuando uno de los tres partidos del Gobierno rechaza apoyar el nuevo Estatuto, ha sido tomada, reconoció Maragall, para garantizar que nada entorpecerá la acción gubernamental destinada a dar a conocer el Estatuto. Es decir, para superar el no de ERC.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de abril de 2006