Son 400 alumnos de primaria que tienen un patio pequeño y con desnivel. Junto con los chavales, madres, padres y profesores del colegio público Voramar de Alicante, ubicado en el cabo de las Huertas, una zona de playa residencial, se manifestaron ayer ante la sede de la Consejería de Educación. El proyecto de nuevo patio escolar acumula un retraso de ocho años.
Según el director, José Deltell, el patio es "pequeño, tiene una pendiente de más del 5% y desde el principio está mal construido". Se trata de una pista multiusos, de baloncesto o futbito, que está deteriorada. Junto al patio hay una zona con grava que provoca que los alumnos se lastimen. "Estamos acumulando partes médicos de lesiones, siempre alguien se da un porrazo", dijeron algunos de los afectados.
Sin embargo, pese a esta situación los incumplimientos de las promesas por parte de la Administración son constantes. El curso pasado prometieron arreglar la pista y hacer un gimnasio, pero se descartó este proyecto. El director territorial de la consejería, Luis Ramos, se reunió en noviembre para anunciar a los afectados que las obras se licitaban "de inmediato". Se comprometió a que en el mes de enero se licitaba la obra y comenzaban los albañiles a trabajar, ya que el proyecto de los arquitectos estaba en la Consejería. Pero nada de eso ha ocurrido. "Estamos igual, no queremos más promesas, hasta que se publique la licitación no lo creemos", comentaron ayer los padres, que salieron "decepcionados" tras entrevistarse con el subdirector de Educación, que ofreció una versión distinta a la que el director les dijo. Según los padres, les explicaron que "todavía no hay nada cerrado" ya que los arquitectos no han remitido aún los planos definitivos. Además, el representante de la Administración recriminó a los padres por haber "violentado" el derecho de sus hijos a acudir a la escuela, y ellos contestaron que "también tienen derecho a tener un patio en condiciones".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de abril de 2006