En las últimas semanas se han prodigado noticias y artículos de opinión que pueden sembrar serias dudas sobre la profesionalidad de los empleados públicos que prestan sus servicios en la Administración de la Generalitat de Catalunya.
Concretamente, el escritor Félix de Azúa, en su artículo titulado Dime, niño, de quién eres, publicado el día 10-3-2006, afirmaba sin rubor y denotando un elevado grado de ignorancia, que de los 140.000 funcionarios, 130.000 los había puesto allí Convergència, y un número incalculable están vinculados por lazos familiares al partido de Pujol. También afirmaba que en los despachos se dan casos de boicoteo de proyectos y de deslealtad institucional al informar a los miembros de la oposición.
Esta opinión no es nueva, el propio tripartito ha favorecido esa desconfianza en los empleados públicos. Prueba de ello son el número de informes que de manera sistemática se contratan a consultoras externas, obviando que entre los empleados públicos hay suficientes profesionales que los podrían elaborar sin un sobrecoste para los ciudadanos; tampoco favorecen frente a la opinión pública las noticias que han salido a la luz de supuestos casos de captación política por parte de uno de los partidos que tiene responsabilidades de gobierno.
Desde su constitución, en el año 2001, la Asociación de Técnicos de la Administración de la Generalitat de Catalunya, que no tiene ninguna afiliación política, ha hecho una defensa de la profesionalidad de los funcionarios de la Generalitat integrados en los cuerpos superiores y diplomados, frente a los ataques a su profesionalidad provenientes tanto de intelectuales como de los responsables políticos del gobierno o de la oposición, independientemente de su orientación política. En ningún caso toleraremos insinuaciones que pongan en duda nuestra profesionalidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de abril de 2006