Conocidas son las intenciones ejemplarizantes de las iniciativas del presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín. Loable es su iniciativa de promover el comienzo de sesiones parlamentarias a las ocho de la mañana, especialmente los jueves, para que los diputados puedan regresar antes a sus lugares de origen y promover así medidas homologables para compatibilizar vida profesional y familiar. El jueves sólo fueron realmente puntuales y madrugadores unas decenas de diputados a pesar de la segura presencia de las cámaras. Era el día del bautizo de la idea. Sin cámaras ni cuestiones de especial importancia en la agenda o votaciones hay que sospechar que las convocatorias de Marín tendrán un eco más bien modesto. Algo similar pasa con las pausas de las comidas que se resisten a ser lo europeas que Marín "quisiera", salvo si se cuece algo el miércoles en la sesión de control. Consuelo para Marín sería la posibilidad de agilizar las sesiones. Eso sí estaría en su mano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de abril de 2006