Man Ray (Filadelfia, 1890-París, 1976) abrió las puertas de la estética dadá y el surrealismo a la fotografía, alejándola del pictorialismo y otorgándole un genuino valor artístico. La exhibición Man Ray. Luces y sueños, que puede verse en el Centro Cultural Caixa de Girona-Fontana d'Or hasta el 21 de mayo, explora precisamente la enorme riqueza temática y experimental del fotógrafo en las décadas de 1920 y 1930, en plena eclosión de las vanguardias. Procedentes de la colección Goldberg / D'Afflitto, de Nueva York, se exponen 85 obras, en su mayoría inéditas. Destacan en la exposición los vintages, primeras tiradas de sus fotografías controladas por el propio artista. La exposición toma así una dimensión más íntima, aproximándola al concepto de "archivo fotográfico personal".
Pilar Parcerisas, comisaria del evento, destaca que la selección de obras permite reflexionar sobre las relaciones entre fotografía y surrealismo. Abundan imágenes en las que el fotógrafo busca la yuxtaposición y el choque poético inesperado. Algunos objetos banales aparecen envueltos en un halo de misterio otorgando, según Parcerisas, "un carácter psicológico a los objetos fotografiados". Otras fotografías se centran en el arte primitivo tribal de África, Oceanía y América, pero fotografiando las piezas fuera de su contexto y tratándolas como objetos de arte moderno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de abril de 2006