El próximo miércoles, 26, se cumple el aniversario del nacimiento de Vicente Aleixandre. Parece mentira, que nuestro premio Nobel en 1977 se encuentre en el olvido y su casa en el más indignante abandono por parte de los políticos, que muestran una vez más su desinterés y paletería por la cultura. Este ejemplo, como tantos otros, pone en evidencia el amor y el orgullo por las personas de valía de un país. ¿Esto ocurriría en los países de nuestro entorno? Estoy seguro de que es inimaginable tal vergüenza nacional al otro lado de las fronteras.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de abril de 2006