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COLUMNA

El embudo del PP

Cuando al cronista le llegó la reforma del Estatut d'Autonomía, no solo sustituyó el valium de su mesilla de noche por el ordenamiento jurídico de Francisco y Juan Ignacio, sino que lo elevó al rango de libro de cabecera. "Es que me invita el sueño y el sueño es una opinión", dijo. Hace sólo dos días, el PP ha ventilado el borrador de la nueva Ley Electoral Valenciana, y el 5% continúa siendo el pendón de la numerología conservadora. Hay valores inamovibles y del 5% abajo, ninguno, es un lema y un límite inaceptables y un instrumento de discriminación de las minorías, que descalifica a quienes lo usan, porque están perpetrando el atropello de uno de los más elementales principios democráticos: la falta de respeto a los derechos de esas minorías. Glòria Marcos, coordinadora de Esquerra Unida, ya le ha sacado tarjeta roja a los miedos de una derecha buñolera: "Mantener la barrera del 5% significa dejar fuera de las Cortes la voz de muchos valencianos". No, no todos los valencianos y valencianas son iguales estatutariamente -dejémonos ya de historias- ni tampoco sus votos valen lo mismo -dejémonos ya de patrañas-. Así, resulta que un sufragio depositado en Castellón, cuenta por 2,97 del depositado en Valencia, y, más o menos, en Alicante. El cronista tan pronto supo que habían comenzado las escaramuzas previas a los inminentes debates parlamentarios, trató de ponerse en contacto con algunos políticos de diversos partidos, por eso del contraste, pero la cosa salió a medias: era un fin de semana y ya se sabe. No obstante, si pudo mantener conversaciones telefónicas con Joan Ribó, de EU-L'Entesa, y el socialista Toni Such. Por ambos, supo que el único artículo del citado borrador del PP hace referencia al aumento de 10 diputados en las Cortes, y en función del crecimiento demográfico. De modo que de 89, en la próxima legislatura, tras las elecciones de 2007, habrá 99. La distribución por provincias de los nuevos parlamentarios, en un cálculo con todas las reservas, por cuanto depende de los censos, sería de 1 para Castellón, 3 para Alicante y 6 para Valencia. Para Ribó, considerando estos datos provisionales, el balance sería satisfactorio para la izquierda, en su conjunto: 6 a su favor, por 4 al del PP. Exactamente, las mismas cuentas que le salen a Such, tras pormenorizar: el de Castellón correspondería al PSPV-PSOE; los 3 de Alicante, 1 para cada de los partidos con representación parlamentaria, en la actualidad; y los 6 de Valencia, 3 para el PP, 2 para el PSPV-PSOE y 1 para EU-L'Entesa. Es decir, también 6 a 4, a favor de la izquierda. Pero el problema está en ese 5% draconiano de los populares, frente a un techo del 3% que proponen EU y PSPV -y por supuesto, el Bloc y otros-. La Ley Electoral probablemente estará lista antes de terminar el año. Pero para su aprobación se necesita una mayoría cualificada de dos tercios, que no tienen ni populares ni socialistas. En la discusión, habrá paquetes y contrapartidas. ¿Quién cederá? Joan Ribó cree que el PSPV, y añade que ojalá se equivoque. Ojalá.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de abril de 2006