Cuatro soldados canadienses resultaron muertos ayer al explotar una bomba artesanal contra el vehículo blindado en el que se desplazaban por la sureña provincia de Kandahar, la más afectada por la violencia en Afganistán. Los cuatro hombres formaban parte de un convoy que patrullaba por la localidad de Gombot, a unos 40 kilómetros al norte de la ciudad de Kandahar. Tres de ellos murieron en el acto, mientras que el cuarto expiró poco después de ser hospitalizado.
La zona, antiguo bastión del depuesto régimen talibán, es objeto de ataques cada día más arriesgados de la guerrilla. El atentado fue reivindicado por un portavoz talibán en un comunicado en el que se indica que se ejecutó con una bomba activada a distancia.
Canadá cuenta con 2.200 efectivos destacados en Afganistán, la mayor parte de los cuales se encuentran desplegados en Kandahar, donde han reemplazado a las tropas de EE UU para hacerse cargo de la seguridad en la zona. Quince soldados y un diplomático canadienses han muerto desde que el Ejército canadiense llegó a Afganistán, en 2001.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de abril de 2006