¿Quién dijo lluvia? Ni los más viejos del lugar recuerdan una tormenta de granizo como la que ayer cayó en Sevilla durante la celebración de la corrida, que obligó a su suspensión a la muerte del quinto toro.
La verdad es que estaba suspendida desde el tercio de varas; el toro no fue banderilleado y El Fandi se limitó a pasarlo por la cara y matarlo a la primera. Para entonces, el ruedo se había convertido en un auténtico lodazal con una cuarta de agua, y el público esquivaba como podía los granizos del tamaño de un caramelo.
La extraordinaria tromba de agua comenzó a la salida del quinto toro y, rápidamente, el ruedo se volvió impracticable. El presidente hacía señales de su intención de suspender el festejo -el sistema es antediluviano-, mientras El Fandi insistía en continuar en contra de la opinión de Jesulín. Afortunadamente, no ocurrió percance alguno.
El Torreón / Jesulín, El Fandi, Marín
Toros de El Torreón, desiguales de presentación, blandos, sosos y descastados. Jesulín de Ubrique: pinchazo y estocada muy baja (silencio); estocada baja y un descabello (silencio). El Fandi: estocada que asoma y un descabello (silencio); estocada (palmas). Serafín Marín: media travesada (silencio). Plaza de la Maestranza. 23 de abril. 8ª corrida de feria. Casi lleno. La corrida fue suspendida tras el quinto toro a causa de la lluvia.
La corrida no tuvo otra historia. Los toros de El Torreón no permitieron el más mínimo lucimiento: muy sosos, blandos y sin sangre en las venas. Los diestros se mostraron voluntariosos, pero su empeño no encontró fruto alguno. Jesulín, técnico y muy frío; El Fandi banderilleó con facilidad a un torito con cara de corderito lechal, y Serafín Marín brindó al público el único que mató, que se rajó al primer muletazo.
Decididamente, la negra tormenta, con relámpagos, truenos y granizos, fue la gran protagonista de la octava de feria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de abril de 2006