Las cuatro personas armadas, que el lunes irrumpieron en una lujosa torre de Matadepera y secuestraron a una joven de 25 años y a su hija de cinco, se llevaron joyas valoradas en 100.000 euros, según la Guardia Civil.
Al propietario de la casa, Fernando García, le despertaron pistola en mano entre las 7.00 y las 7.30 horas. La alarma no sonó, porque una mujer que vive con la familia la desconectó al irse a trabajar una hora antes. No es algo inusual. La alarma, según fuentes de la investigación, siempre queda desconectada entre la marcha de la mujer y la del propietario de la casa. Los delincuentes insistieron en que García les indicara dónde estaba la caja fuerte; al no haber nada en metálico, se llevaron las tarjetas de crédito, las joyas y los dos vehículos Mercedes, y tomaron como rehenes a la compañera sentimental de Fernando y a la hija de ésta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de abril de 2006