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CARTAS AL DIRECTOR

Vacaciones en Irán

La segunda quincena de septiembre pasado fui de vacaciones a Irán. Mis tres compañeras de viaje sufrieron la incomodidad de ponerse el pañuelo en la cabeza durante casi todo el tiempo. No obstante, a medida que transcurrían los días, los sitios, las ciudades - desde Kermán (al sur) hasta Mashad (al noreste)-, las maravillas históricas de Persépolis, la variedad y colorismo de sus mezquitas, la gran plaza y los puentes inimitables de Isfahan..., crecía nuestra admiración y reconocimiento al país y, sobre todo, a sus gentes. Resumiendo: concluimos el viaje satisfechísimos, con planes de conocer sus costas del mar Caspio y del golfo Pérsico en uno próximo.

Menos mal que hicimos oídos sordos a las voces que nos tachaban de locos por "viajar a un país de moros peligrosamente fanatizados", e Irán nos ha pasado por el corazón dejando una huella imperecedera. Tanto es así que supimos también de algunos de sus grandes problemas sociales, económicos y políticos, tapados por los ayatolás con sus enfrentamientos sucesivos a Occidente: éste conmina, amenaza y condena a Irán (quién sabe si lo atacará) y los clérigos islamistas tratan de entretener a la sociedad civil con el ultranacionalismo religioso. Lo de que hay sociedad civil en Irán se puede palpar, pero cuando vuelve uno a esto que llamamos Occidente, duda.

A mí se me despejó bastante la duda el pasado día 20, al leer el artículo de opinión El debate intelectual iraní, del filósofo Ramin Jahanbegloo, en este periódico. Viene a decir que es una sociedad vital y activa, que funciona como un "sector ético" que se niega a formar parte de la organización social sobre bases teológico-políticas, que su problema no es estar a favor o en contra de Occidente, sino definir su estar en el mundo. Entonces, los demás tenemos que ayudarles a que reflote esa sociedad civil, y me temo que para eso no sirven invasiones, más bien sirve la firme voluntad de conocer al otro. Siempre se puede empezar por unas vacaciones en Irán.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de abril de 2006