Resulta políticamente significativo que la presidenta Aguirre se haya sentido aludida por mi comentario sobre la compra de las elecciones de Madrid, pues de mi texto no se deducía acusación alguna contra ella ni contra su partido, pudiendo pensarse que señalaba como inductores a los intereses inmobiliarios. En todo caso, es verdad que, una vez anulados los comicios, su repetición fue limpiamente ganada por la señora Aguirre. Pero lo mismo ocurrió muchas veces en Marbella, cuando el señor Gil y Gil ganaba limpiamente sus comicios sin que sus abultadas victorias limpiaran por ello su incalificable ejecutoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de abril de 2006