Mario Tapia Chao, comunicador, cineclubista, estudioso de los medios de comunicación de masas y profundo conocedor del cine musical norteamericano, falleció el pasado 29 de abril, en Madrid, a los 68 años.
Nacido en San Sebastián el 25 de marzo de 1938, Chao trabajó en cine, radio, televisión y prensa escrita como crítico, realizador, productor... Persona generosa como pocas, vivió su cinefilia desde la militancia más estricta.
Muchos son quienes, aún hoy, recuerdan el piso de Cartagena, 129, que compartía con su mujer, Nuria, convertido en centro de acogida para una caterva de recién llegados a la capital con la pretensión de abrirse paso en el medio. Habituales del mismo fueron el escritor Terenci Moix y el realizador Javier Aguirre, entre otros muchos.
Chao ejerció la crítica cinematográfica en la revista Cinestudio (1966 a 1970), fue vicepresidente de la Federación de Cineclubes del Estado Español y colaborador habitual del Ateneo madrileño. Su mayor empeño como realizador para la gran pantalla -un documental en torno a la comarca cacereña de Las Hurdes- fue prohibido por la censura del momento.
De su producción televisiva descuella Qué fue de nuestros amores, serie de 13 capítulos que dio a conocer en nuestro país a los grandes nombres del espectáculo estadounidense, desde Al Jolson a Fred Astaire. La empresa tuvo su continuación radiofónica años más tarde con La aventura del jazz.
Su último cargo público fue el de director de la Sección de Cine del Instituto Alemán de Madrid, ocupación que hubo de abandonar principiando la década de los ochenta por enfermedad. Sus últimos trabajos escritos aparecieron publicados en la revista Nickelodeon, editada por José Luis Garci.
Ajeno a los aires de modernidad que dictaban los nuevos tiempos, Mario, en quien cine y realidad se confundían, siguió viviendo en el día a día su pasión por el séptimo arte.
Promotor de las obras completas del crítico y guionista Manuel Villegas López, dejó inconclusa una biografía sobre el cineasta argentino León Klimovsky. Por petición propia, junto a sus cenizas, descansará una copia en vídeo del musical Cantando bajo la lluvia.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de mayo de 2006