La futura ley del Estatuto de los Andaluces, que recoge por primera vez los derechos de este colectivo en igualdad de condiciones que los residentes en la comunidad, superó ayer el debate a la totalidad en el pleno del Parlamento sin que ningún grupo presentara una iniciativa alternativa. La norma, que sustituye la ley de 1986, tiene también como objetivo facilitar el retorno de los que se fueron y sus descendientes, ya fuera por motivos económicos o políticos.
La consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo, explicó que en este sentido se promoverá el acceso de viviendas públicas en las mismas condiciones que los residentes, para lo que se elimina el haber vivido una serie de años en el domicilio donde se solicite la casa. Aún más, la condición de retornado será baremada como un mérito del solicitante y está en estudio reservar viviendas para este colectivo. Respecto a la educación, sanidad y asistencia social, también se anulan las trabas (homologación de títulos universitarios), con atención especial a los escolares para su integración.
Tras advertir de que se grupo va presentar modificaciones a la ley en positivo, el diputado popular Eugenio Gonzálvez mostró la preocupación del PP por el amplio margen que recoge la normativa para que una persona pueda ser considerada andaluz de origen. "Se puede reconocer derechos a personas que no tienen relación con Andalucía según intereses políticos y partidistas", señaló, al tiempo que cuestionó la escasa eficacia demostrada por la Junta para facilitar el retorno de los emigrantes.
En este punto, el portavoz de IU, José Cabrero, lamentó que la emigración siga siendo un fenómeno andaluz, aunque antes se iban los que no tenían formación en busca de un modo de vida y ahora se van los que cuentan con "elevados niveles de cualificación profesional". Como el resto de los portavoces, el andalucista Antonio Moreno anunció la presentación de enmiendas para modificar aspectos como el mismo título de la ley, que en su opinión es oportunista porque utiliza el término "estatuto".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de mayo de 2006