Los mercados de valores europeos reaccionaron negativamente ante la escasa flexibilidad a la baja en el precio del petróleo. La posibilidad de que el BCE pueda efectuar un ajuste al alza en los tipos de interés en su reunión de esta mañana pesaba en el ánimo de los inversores, a pesar de que la mayoría de los analistas apostaba por el mantenimiento del precio del dinero en la eurozona.
El dato de las reservas semanales de crudo y gasolina en Estados Unidos mostró cierta acumulación, pero no por ello los precios se separaron mucho del nivel del día anterior, en parte porque la debilidad del dólar exige una contrapartida, al igual que viene sucediendo con el precio del oro.
El Ibex 35 cedió el 0,44% y vuelve a quedar por debajo de los 11.900 puntos, nivel en el que parecen concentrarse todos los esfuerzos del mercado y que, sólo por eso, cada día que pasa adquiere más importancia. El Ibex de las empresas medianas se apuntó una subida del 0,31% y el de las pequeñas empresas ganó el 0,53%.
La contratación en el mercado continuo ascendió a 5.749,43 millones de euros gracias a las operaciones institucionales sobre títulos del banco SCH.
El resto de los mercados europeos sufrió con más fuerza los efectos cruzados de un petróleo que parece imparable y de su incidencia directa en las previsiones de crecimiento. París cedió el 0,90% y Francfort el 1,36%, mientras que la Bolsa de Londres bajaba el 1,19%.
Los indicadores económicos publicados en Estados Unidos ayer, todos por encima de las previsiones del mercado, no consiguieron animar a los inversores, que ven en la actual situación geopolítica un factor de riesgo difícil de soslayar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de mayo de 2006