Los sindicatos siguen con su oposición radical a que el próximo curso escolar empiece el 12 de septiembre como ha aprobado el Departamento de Educación. Ayer llevaron su protesta a la sede del Departamento de Educación, en la Via Augusta de Barcelona, para pedir que el próximo curso se retrase dos días y tener tiempo de preparar a los centros para la sexta hora de clase diaria que empezará a cursarse en la primaria pública.
Los profesores deben volver a los centros el uno de septiembre, que este año es viernes, lo cual, a su juicio, exige retrasar el arranque de las clases. Educación se opone y argumenta que hay tiempo para organizar las clases.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de mayo de 2006