El conflicto suscitado por la suspensión del Sevilla-Barça el 23 de abril ha puesto en evidencia a llamada Liga de las Estrellas. Sin fechas libres en el calendario -aprobado por todos los clubes a comienzos de temporada- la FIFA -entidad que rapiña en beneficio propio a los internacionales que pagan los clubes- fijó que el encuentro se disputara el día 20, una semana después de concluida la Liga, y sin mundialistas. El Celta, que se disputa un puesto europeo con el Sevilla, puso el grito en el cielo, al considerar que los andaluces saldrían beneficiados al medirse a un equipo azulgrana sin estrellas. Casualmente, Celta y Sevilla provocaron en 1995 que la Primera se ampliara a 20 equipos. No presentaron en regla sus balances, lo que les condenaba a Segunda, pero fueron indultados.
El Celta ha logrado que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) recurra la decisión de la FIFA ante un tribunal de Zúrich. La LFP quiere que el Sevilla-Barça se juegue el día 14 y que la totalidad de la última jornada se dispute el 20. El Celta sostiene que los ingleses disputan a veces hasta cuatro partidos en una semana. Lo que no recuerdan los clubes españoles es que en Inglaterra, en tiempo de vacaciones para los espectadores (Navidad, Semana Santa) el circo multiplica las funciones. En España los futbolistas descansan mientras los aficionados tienen más tiempo que nunca para pagar la entrada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de mayo de 2006