El director general de Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Roberto Sanz Pinacho, fue detenido a primera hora del pasado domingo cuando estuvo a punto de provocar un accidente al saltarse un semáforo en rojo cuando conducía su vehículo y chocar con un coche patrulla de la Policía Municipal en el distrito de Chamartín.
Los agentes detuvieron al infractor y le sometieron a la prueba de alcoholemia, que dio un resultado sorprendente: el conductor triplicaba la tasa permitida para conducir vehículos de motor. Sanz Pinacho repitió varias veces que era amigo del concejal de Seguridad, Pedro Calvo, para evitar la sanción, según adelantó ayer El Mundo.
Los hechos ocurrieron a las 0.10, cuando Sanz Pinacho conducía su BMW 730 por la calle del Segre. Al llegar a la confluencia con la calle de los Sagrados Corazones, cerca del estadio Santiago Bernabéu, se saltó un semáforo en rojo y estuvo a punto de colisionar con el coche patrulla. También llamó "chulo, prepotente y mal policía" a uno de los agentes que intervenían.
El propio Sanz Pinacho señaló que había estado tomando bebidas alcohólicas durante la celebración de la primera comunión de su hija. Ante tales hechos, los agentes trasladaron al conductor a las dependencias de la Unidad de Tráfico de la Policía Municipal, en la calle del Plomo (Arganzuela).
Según fuentes judiciales, los policías le apreciaron signos evidentes de alcoholemia, como los ojos enrojecidos, una risa incoherente y repetitiva y un andar lento.
Los agentes le sometieron a la prueba de alcoholemia. En la primera prueba dio un resultado de 0,84 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, lo que supone más de tres veces el límite legal. Sanz Pinacho quedó detenido en la unidad y pasó esa noche en un calabozo.
A lo largo de esta semana, se celebrará el juicio rápido en los Juzgados de la plaza de Castilla, en los que podría ser condenado con un mínimo de ocho meses de suspensión del permiso de conducir y una multa de 600 euros. El Consistorio declinó hacer declaraciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de mayo de 2006