El debate de la eutanasia
La mano amiga que ayudó a morir al tetrapléjico Jorge León llegó en torno a las diez de la noche del miércoles pasado, aprovechando la marcha, antes de tiempo, de la cuidadora del enfermo. Una vez en la casa, puso al alcance de su boca, con una pajita, un líquido (posiblemente sedante) y luego desconectó el respirador que le mantenía con vida. Finalizada su misión, se marchó, dejando la puerta de la casa abierta y las luces encendidas.
Eugenio Rodríguez, de 53 años, se presentó ayer por la mañana en una comisaría de Valladolid y confesó haber matado a su ex esposa, descuartizarla después y tirar sus restos, metidos en bolsas, al río Duero. Los miembros habían sido hallados la semana pasada. La mujer se llamaba Benita del Valle, tenía 49 años y vivía aún en la misma casa que su ex marido, en el barrio de los Pajarillos de Valladolid.
La Audiencia de Francfort condenó a cadena perpetua al técnico de ordenadores de 44 años Armin Meiwes, conocido como el caníbal de Roteburgo, por asesinato, cometido para satisfacer sus instintos sexuales, y profanación de cadáver. El 10 de marzo de 2001, Meiwes mató, con consentimiento de la víctima, al ingeniero electrónico de 43 años Bernd Brandes, tras cortarle el pene e intentar comerlo juntos.