SE LLENA a veces el mundo de tristeza.
Los armarios de luna con la imagen de un niño
navegan en la noche.
El viento llora
como animal herido,
solo bajo las nubes.
Los blancos lirios de la primavera
nadie podría ahora recordarlos.
Baja
tumultuoso el río
opaco de las sombras.
Piedras. Norte. Estalla
lejos la luz, muy lejos.
Andemos todavía.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de mayo de 2006