La ingeniería y la medicina son dos áreas que presentan una relación simbiótica. Los marcapasos, las bombas de insulina, los modelos informáticos para prever la adaptación a un trasplante o los dispositivos de diagnóstico con neurotransmisores para reducir los efectos del parkinson son solo algunos ejemplos.
La relación entre ambas áreas fueron el contenido del primer Encuentro Multidisciplinar de Bioingeniería e Informática Médica, que se desarrolló la semana pasada en la Escuela Politécnica de la Universidad de Alicante. Daniel Ruiz, profesor del Departamento de Tecnología Informática y Computación, organizador del congreso, señala que "España no puede perder el tren de la ingeniería biomédica, como ha pasado en otras áreas". Una letanía de este encuentro, desde la sesión inaugural a cargo de Laura Roa, presidenta de la Sociedad Española de Ingeniería.
El congreso sirvió para conocer qué hacen los grupos universitarios y las empresas. Ruiz apostilla que sería necesaria una mayor transferencia tecnológica de los primeros hacia las segundas, y más conocimientos de ingeniería biomédica en los planes de estudios de las carreras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de mayo de 2006