Presionada por el Parlamento, que la acusó la madrugada del miércoles de haber aplicado la ley de asilo con prisas, Rita Verdonk, ministra liberal holandesa de Inmigración, revisará su decisión de retirar la nacionalidad a la diputada de su grupo Ayaan Hirsi Alí. La rectificación llega después de que todos los partidos, y el suyo en particular, la criticaran por ignorar el margen de maniobra para casos extraordinarios descrito por la propia legislación. Verdonk tiene dos semanas para repasar la documentación.
En un ambiente muy tenso, la titular de Inmigración se aferró en la Cámara a su interpretación estricta de la norma que anula la concesión del pasaporte holandés a quienes mientan sobre su identidad. De origen somalí, Hirsi Alí falseó su apellido y su edad en 1992 para quedarse. Pero los hechos eran de dominio público desde 2002, cuando los admitió antes de ganar su escaño.
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Además de dañar la reputación de Verdonk, la controversia ha alcanzado al primer ministro. El democristiano Jan Peter Balkenende sólo recibió un mensaje en su buzón de voz sobre la pérdida del pasaporte de Hirsi Alí. El responsable de Justicia se enteró incluso por la prensa. Aspirante a la secretaría general de su partido, Rita Verdonk oyó anoche las primeras peticiones formales de que abandone la candidatura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de mayo de 2006