Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Crítica:

El escondite del fracaso

Director: Marc Forster, interesante creador de Monster's ball (2001) y Descubriendo nunca jamás (2004). Protagonistas: Ewan McGregor y Naomi Watts, estrellas del cine. Guionista: David Benioff, novelista y escritor de La última noche, una de las más deslumbrantes películas del cine reciente. Sin embargo, se estrenó la semana pasada casi de tapadillo. ¿Por qué? Porque ha sido un rotundo fracaso en EE UU: 50 millones de dólares de presupuesto, 3,6 de recaudación. De modo que para su aterrizaje europeo ni siquiera parece rentable promocionarla como un fiasco, como una película profunda que está más destinada al público europeo.

Tránsito es una aparatosa reflexión en clave psiquiátrica sobre la realidad y la ficción, la vigilia y el sueño, la vida y la muerte. Fallida, pero no tanto como para esconderla. El guión de Benioff está muy por encima de la puesta en escena de Forster, redundante y jactanciosa. Probablemente, Bergman la hubiera rodado con un presupuesto 50 veces menor y hubiese tenido el triple de profundidad, pero Forster se vuelca en un esteticismo pretendidamente sofisticado que no acaba de funcionar como thriller sobrenatural de corte comercial.

TRÁNSITO

Dirección: Marc Forster. Intérpretes: Ewan McGregor, Naomi Watts, Ryan Gosling, Bob Hoskins. Género: drama. EE UU, 2005. Duración: 99 minutos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de mayo de 2006