La exposición Chillida códigos tiene como principal objetivo desvelar las claves de la producción artística de Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002). La exhibición, que abrió sus puertas la pasada semana en el Museo de Arte e Historia de Reus (Baix Camp), tiene previsto visitar hasta finales del año 2007 al menos ocho ciudades catalanas más, que ya la han confirmado en su programación. La exposición reúne 41 grabados de Eduardo Chillida realizados mediante diferentes técnicas -entre las que predomina el aguafuerte-, todos ellos creados en un periodo tardío de la vida del artista -entre 1970 y 1995-, lo que les confiere una "gran madurez".
El blanco y el negro son los únicos colores de los grabados. "Tenía la ambición de expresarse con los mínimos elementos", dijo en la presentación de la exposición el hijo del artista Luis Chillida, al que acompañaba su hermano Ignacio. Los grabados, surgidos de la presión de los galeristas para que el reconocido escultor vasco reprodujera sus obras de modo que pudieran llegar a más público, reflejan la geometría imperfecta y la dialéctica entre espacio y materia (blanco y negro), e instan al espectador a extraer su propia experiencia de la obra, tal como ocurre con sus esculturas.
Eduardo Chillida produjo alrededor de 600 grabados durante su trayectoria, entre los que apenas hay media docena de obras figurativas. Pese a ser un excelente dibujante, decidió durante sus estudios de Bellas Artes que "la mano no podía mandar, sino obedecer", según explicó Luis Chillida, el hijo del artista, y a partir de esta premisa creó sus grabados -principalmente aguafuertes y litografías- como una experiencia emocional o una reflexión.
La exposición recorrerá Cataluña y pasará, por este orden, por Reus (hasta el 11 de junio), Mataró, Tortosa, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, El Prat de Llobregat, Gavà, Rubí, L'Hospitalet de Llobregat y Terrassa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de mayo de 2006