Los equipos de rescate comenzaron finalmente ayer a drenar el agua que hace seis días inundó una mina en Xinjing (Shanxi, norte de China), atrapando a 57 hombres, de los que no se ha sabido nada desde entonces. La falta de electricidad había impedido que funcionara la bomba de drenaje que se llevó al lugar el lunes pasado. Los medios de comunicación locales han criticado con dureza la actuación de los propietarios y gestores de la mina tras el accidente. La policía ha detenido a nueve capataces, pero el propietario está en paradero desconocido. La mayoría de los mineros lograron salir, pero la furia con la que el agua penetró en las galerías atrapó a 57 de ellos. Sus familiares están desesperados. En la foto, Tang Xufang, esposa de uno de los mineros, quema las pertenencias de su marido, convencida de que no saldrá vivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de mayo de 2006