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Análisis:A LA PARRILLA

Alomojó

Los guiñoles juntaron, como suelen, varias realidades en una sola imagen en su aparición del lunes en Cuatro. Allí estaba Zaplana, que se defiende del pasado, cantando como Massiel en Eurovisión, el festival que casi siempre nos es esquivo. Lo que cantaba el Zaplana de mentira era una historia de Terra Mítica; con la letra del La la la, la voz falsa del falso Zaplana traía las resonancias de sus propias comparecencias, así que ese alomojó con el que le imitan ha terminado siendo no sólo un himno de los guiñoles sino una manera de señalar. Alomojó. El guiñol abrió boca, en esa cadena, a Maracaná, que ahora afila las armas para el Mundial. El humor que preside Carlos Latre tuvo momentos gloriosos, como cuando le sacó a José Antonio Camacho una camisa a la que se le puede aplicar falso sudor. Como el ex seleccionador ha asumido la exhibición pública de sus capacidades sudoríparas, sonrió con cierta complacencia, y no se mojó (como Del Bosque) cuando le preguntaron a quién habría que echar del Real Madrid. Alomojó ellos son los que tienen que fichar, o echar, así que para qué mojarse.

Me fije, en La Primera, en ese concurso tan estrafalario, ¡Mira quién baila!, y observé que Milene Domínguez, la ex de Ronaldo, es también una peonza; Anne Igartiburu la vio bailar un vals, sin marearse a pesar de las contorsiones, y le confió: "Bailarás así el día que te cases". De nuevo, le tendría que haber dicho, pero Milene no la dejó resbalar, y le dijo en seguida: "No, si ya bailé el otro día en la boda de mi hermano".

Vi al presidente cántabro Revilla repartir en Maracaná pulseras de la unidad de España y exhibir su pasión por el Rácing. Hizo reír a la parroquia; es posible que sea el presidente más simpático de España, y si un día le resulta esquiva la suerte electoral en la tele podría hacer mucho. Y vi a Elvira Lindo, de actriz, en Cachorro, de Albaladejo; estaba en Versión española (La 2), el buen programa de Cayetana Guillén Cuervo. Cuando enchufé la película vi que Elvira le decía al niño protagonista: "Ahora la tele, no". Pero yo seguí viendo. Alomojó porque valía la pena.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de mayo de 2006