Un primer contingente de 150 soldados australianos llegó ayer a Timor-Leste (antiguo Timor Oriental) para tratar de apaciguar la situación cada día más violenta tras la rebelión de casi la mitad del Ejército de la ex colonia portuguesa. Los tiroteos fueron ayer casi continuados en la capital, Dili, donde tres civiles resultaron muertos.
Según Sukehiro Hasegawa, coordinador de la ONU en el país, nueve policías murieron y otras 27 personas fueron heridas, entre ellas dos empleados de Naciones Unidas, cuando un soldado "mentalmente perturbado" comenzó a disparar contra el cuartel general de la policía y otros compañeros suyos le imitaron. Miles de civiles huyeron hacia el campo para escapar del caos y la violencia.
Las tropas australianas han tomado el control del aeropuerto internacional, lo que facilitará la llegada de otros contingentes tanto australianos como de Malaisia, Nueva Zelanda y Portugal que, autorizados por la ONU, sumarán 1.500 soldados extranjeros en el diminuto Estado que ganó la independencia en 2002.
El actual conflicto comenzó en marzo, cuando 600 soldados de los 1.400 que tiene el Ejército timorense se pusieron en huelga y fueron expulsados del cuerpo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de mayo de 2006