Con el Partit dels Socialistes de Catalunya deshojando la margarita de quién debe encabezar su candidatura a la Generalitat, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tomó cartas ayer en el debate, en teoría pospuesto hasta después del referéndum, y que pone en duda la continuidad de Pasqual Maragall. Zapatero, que reiteró la autonomía del PSC para escoger a sus candidatos, sí se permitió recordar a sus correligionarios que a la hora de elegir candidato deben tener en cuenta que con el Estatuto "empieza una nueva Cataluña".
En una entrevista en Catalunya Ràdio, Zapatero se deshizo en elogios tanto hacia Maragall como hacia al primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, quien se encuentra en primera línea sucesoria del actual presidente de la Generalitat. De Maragall, Zapatero elogió la "pasión" que siente por el Estatuto y, en cuanto a su relación personal, dijo sentir "no sólo pasión" sino un sentimiento "entrañable" hacia su figura. A Montilla le calificó de "muy buen ministro" y se alegró de los "muchos candidatos" que puede tener el PSC con vistas a las elecciones autonómicas de otoño.
Sin mostrar abierta predilección por ninguno de los dos, y recordando la libertad de decisión del PSC para confeccionar sus listas, Zapatero sí quiso dejar claro que el nuevo Estatuto tendrá un peso en tan delicada elección. En este sentido, se mostró convencido de que el PSC tomará su decisión "pensando en Cataluña y lo que supone que, si el 18 de junio se da el sí al Estatuto, empieza una nueva Cataluña".
El presidente, sin embargo, eludió apostar por la continuidad de Maragall, una postura calcada a la que en las últimas semanas han mantenido tanto dirigentes del PSC como José Montilla y el viceprimer secretario, Miquel Iceta. Ello contrasta con la defensa cerrada que todos hacían de la continuidad del jefe del Ejecutivo catalán hasta hace un mes.
"Miedo desaforado"
Tras la reunión de la Ejecutiva del PSC, Miquel Iceta obvió el debate interno del PSC y achacó a Convergència i Unió (CiU) y a su "miedo desaforado" a volver a perder las elecciones el mar de fondo desatado por el posible relevo de Maragall. Iceta reiteró que, de momento, todo debate se pospone hasta "después del día 18 de junio", jornada del referéndum. También Montilla quiso acallar a quienes ven una maniobra del aparato socialista, que él encabeza, para desbancar a Maragall. Montilla negó categóricamente que alguien esté "empujando" al actual presidente de la Generalitat.
Con el debate sobre el Estatuto un tanto olvidado por el de la sucesión de Maragall, Artur Mas tampoco dudó ayer en hacer pronósticos más allá del referéndum, hablar de las elecciones de otoño y hasta de las alianzas poselectorales. Y lo hizo para descartar un pacto de socialistas y convergentes. "La alternativa es el tripartito o un Gobierno de CiU", dijo, para no aparecer como un socio de futuro de los socialistas.
Conscientes de que todos estos debates no benefician su estrategia de centrar la actualidad en el Estatuto y alimentar el rechazo al texto, el PP y Esquerra Republicana trataron de reorientar el escenario. El portavoz popular, Francesc Vendrell, aseguró que, hablando de otros temas, socialistas y nacionalistas "están haciendo trampas a Cataluña". El presidente de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod Rovira, les acusó de defender el nuevo Estatuto -que calificó de "tomadura de pelo"- sólo para "salvar" a Zapatero y a Mas.
Otra voz por el no, la plataforma antinacionalista Ciudadanos de Cataluña, presentó ayer su campaña "si vas a votar, vota no", en la que critica al PP por seguir abogando por pactar con CiU tras las elecciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de mayo de 2006