Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Cerdanyola y Sant Cugat se preparan para combatir al 'mosquito tigre'

Multas de hasta 600 euros y visitadores que examinan, a petición de los vecinos, terrazas y jardines en busca de focos de mosquitos tigre. Son dos opciones distintas que han tomado los ayuntamientos de Cerdanyola y Sant Cugat para hacer frente a este insecto, pequeño y ágil, con unas rayas blancas que cruzan su esbelto cuerpo y que le dan el nombre.

Apareció en el año 2004, por primera vez, en Sant Cugat. En los últimos dos años se ha ido extendiendo y su presencia ya ha sido advertida en ocho municipios catalanes. El año pasado llegó al barrio barcelonés de Horta-Guinardó. Este insecto, originario de las selvas húmedas del sureste asiático, es muy agresivo. Puede atacar en pequeños grupos y la intensidad y frecuencia de sus picaduras es superior a la de los mosquitos autóctonos. No obstante, no transmite ninguna enfermedad.

El Ayuntamiento de Cerdanyola aprobó en el último pleno municipal una ordenanza que prevé sanciones para los que favorezcan la proliferación del mosquito tigre. El año pasado se limitó a hacer recomendaciones; pero, ante la proliferación de este insecto, el gobierno municipal ha optado por imponer multas que pueden llegar a 600 euros. Según la responsable de Medio Ambiente, Elena Martí, se ha decidido pasar del consejo a la obligación "ante algunos casos de personas que hicieron caso omiso de las recomendaciones". Durante todo el verano habrá una persona dedicada exclusivamente al control de los focos.

Las urbanizaciones ofrecen un hábitat ideal por la abundancia de aguas estancadas en los jardines. Un cenicero lleno de agua de lluvia o una maceta que ha recogido agua de riego son suficientes para que el mosquito se reproduzca.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de junio de 2006