Detectar en las primeras fases la depresión, la ansiedad o cualquier otro problema psíquico que presenten los menores es clave para evitar que estos problemas se enquisten y representen una dificultad mayor en la adolescencia y la edad adulta. Así lo indicó ayer César Soutullo, director de la Unidad de Psiquiatría de la Clínica Universitaria de Navarra, en la primera jornada del 5º Congreso Nacional de la Asociación Española de Pediatría, que se celebra en Valencia.
Soutullo indicó que el suicidio es la tercera causa de mortalidad en niños desde los diez años, por detrás de los accidentes de tráfico y del cáncer. Además, apuntó que entre un 7% de los niños atendidos en las unidades de psiquiatría infantil padecen trastornos de ansiedad y ese problema se detecta ya en edades tempranas, entre los 6 y 9 años, aunque "no es que aumenten sino que se detectan más"
Soutullo comentó que en el 50% de casos las depresiones en niños y jóvenes son de origen genético. En cuanto a la prevalencia de la depresión y de la ansiedad por sexos, indicó que los niños y las niñas sufren depresión con la misma frecuencia hasta la pubertad. Luego son las niñas las más afectadas, ya que tienen el doble que los chicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de junio de 2006