Los inmigrantes están cada vez más presentes en el mercado laboral español, aunque en gran medida en condiciones de temporalidad. "Hay asociación entre la inmigración y el repunte de la temporalidad", señala el Consejo Económico y Social (CES) en su memoria correspondiente a 2005. La temporalidad creció un punto el año pasado, hasta afectar al 33% de los asalariados. Además de desempeñar los trabajos menos cualificados, los inmigrantes ocupan "el segmento del mercado de la vivienda con peores condiciones".
Este órgano consultivo del Gobierno destaca el dinamismo de la economía durante 2005, aunque subraya también sus debilidades. Así, el empleo crece vinculado a "sectores intensivos en mano de obra poco cualificada, como la construcción y los servicios" y la demanda interna descansa en el consumo privado y la construcción. Esta tendencia convive con una "insuficiente competitividad estructural de la economía española" y con un "deterioro constante" de la productividad.
Más allá de las cifras, 2005 ha sido un año "extraordinariamente fecundo en diálogo social", en palabras de Fernando Valdés, responsable de la comisión de trabajo que ha elaborado la memoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de junio de 2006