Pasqual Maragall relacionó ayer el aumento de la inseguridad en algunas comarcas catalanas, como las de Tarragona, con la disminución de efectivos en estas zonas durante el repliegue de las fuerzas de seguridad del Estado ante la llegada de los Mossos d'Esquadra y con "la psicología del cuerpo que se retiraba", es decir, la Guardia Civil. En la sesión de control del Parlamento catalán, el presidente de la Generalitat recordó que "en los últimos años se había producido una disminución de los efectivos en los territorios" con más inseguridad, "debido a que los que debían irse ya se habían ido, y los que debían llegar no habían llegado".
"Si esto se puede imputar a alguien es a la psicología del cuerpo que se retiraba", concluyó Maragall, quien cree que "cuando uno sabe que debe marchar y que no se quedará en un territorio, ya ha comenzado a marchar, y los que vienen, que saben que estarán por poco tiempo, tampoco acaban de llegar porque saben que el futuro no está para ellos en aquel territorio". Maragall aseguró que tomará en consideración la demanda del líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, de aumentar los efectivos de los Mossos ante el crecimiento demográfico en Cataluña. Carod criticó la retirada "precipitada y mal planificada de las fuerzas policiales del Estado", porque, apuntó, "no se han cubierto vacantes" mientras se esperaba a la policía autonómica catalana.
En declaraciones posteriores y refiriéndose a la falta de efectivos en las comarcas de Tarragona, donde han proliferado los robos en viviendas y donde aún no se han desplegado los Mossos d'Esquadra, Maragall culpó "al Gobierno de Aznar" de no compensar o de no alentar a los agentes que sabían que tenían que replegarse. "En el caso de las comarcas de Tarragona lo que ha habido es una cosa que tiene cierta lógica interna, psicológica y de comportamiento. Lo que ha pasado es que cuando sólo ha quedado un territorio sin despliegue de los Mossos, las fuerzas que aún estaban destinadas, la Guardia Civil en las zonas rurales o la Policía Nacional en las urbanas, saben qué pasará y por tanto hay una cierto desarraigo psicológico, una retirada psicológica previa".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de junio de 2006