Como profesora universitaria y directora del Departamento de Filología Inglesa I de la Universidad Complutense de Madrid, me llena de estupor una de las promesas que lanzó el presidente del Gobierno en el debate sobre el estado de la nación. Concretamente, prometió conceder becas de 1.000 euros para el estudio de idiomas, restringiendo posteriormente este término al inglés.
En paralelo a esta promesa, desoyendo todas las voces que se han levantado en contra, la demanda social, abundando en más de una seria contradicción, y echando por tierra el valor de la institución y la educación pública, el ministerio del señor Rodríguez Zapatero suprime los estudios oficiales de Grado Universitario en Estudios Ingleses. Comprobamos con preocupación que el estudio de lenguas extranjeras seguirá siendo la asignatura pendiente de las autoridades gubernamentales de nuestro país y, por ellos, por su ligereza y desconocimiento, la de jóvenes y menos jóvenes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 2 de junio de 2006