Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

El PSPV cree que Mundo Ilusión pone a prueba a González Pons

El secretario de Territorio de la Ejecutiva socialista, Eugenio Burriel, manifestó ayer que la pretensión de acelerar la macrourbanización de Mundo Ilusión prevista en los términos municipales de Cabanes y Oropesa sin contar con la "necesaria" revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) pone a prueba al nuevo consejero de Territorio, Esteban González Pons.

"Yo no sé si es el último regalo envenenado de la gestión de Blasco [desde esta semana consejero de Sanidad] o la entrada triunfal de González Pons. Si es lo primero, habrá que ver lo que hace González Pons", dijo Burriel, que considera que Territorio debería de paralizar lo que, en su opinión, es un despropósito.

"Por un lado hablan de urbanismo sostenible, y por otro impulsan macrourbanizaciones sin tener un plan general y con solo un documento de concierto previo", dijo Burriel, que considera que la situación es perfectamente recurrible ante los tribunales por cualquier ciudadano afectado.

La polémica se produce a raíz de la resolución del director general de Planificación y Ordenación Territorial, Pedro Grimalt, con la que se pretende acelerar la citada macrourbanización adjudicada provisionalmente a Marina d'Or contraviniendo incluso uno de los artículos de la Ley Urbanística Valenciana (LUV).

Grimalt insistió ayer en que la LUV permite el desarrollo de un plan parcial de manera simultánea a la revisión del plan general, siempre que los municipios haya superado el concierto previo. Según el director general de Territorio, la revisión de los planes generales de Cabanes y Oropesa está en marcha y, además, en octubre de 2004 la Generalitat, la Diputación de Castellón y los Ayuntamientos afectados firmaron un convenio para implantar Mundo Ilusión.

Burriel señala que si las condiciones del plan parcial han de emanar del plan general no se pueden tomar decisiones sobre las cargas y los equipamientos si no es a sabiendas de que, presumiblemente, son injustas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de junio de 2006