Hace 30 años, "cuando era una cría", la actriz -que estos días representa la obra Tengamos el sexo en paz-recorrió Italia de Nápoles a Trieste con un amigo.
¿De quién fue la idea?
Él me invitó. O mejor, nos invitamos mutuamente, porque teníamos muy poco dinero. Nos conocíamos muy poco y en una conversación surgió la idea. Nos dimos cita en la estación de Roma, adonde yo llegué en avión y él en tren. Esperé muchas horas hasta que se me ocurrió dar una vuelta y le encontré con la cabeza apoyada en el capó. "Me daba una vergüenza tan grande buscarte", me dijo.
¿Y cómo se recorre Italia sin dinero y con Charo López de acompañante?
En coche y comiendo muchísimos bocadillos. Cuando veíamos que nos quedaba poco dinero, nos quedábamos a dormir en el coche en sacos de dormir, calentándonos con nuestra respiración. He visto amanecer en muchas carreteras italianas en mi saquito, oyendo a los pajaros. Éramos tan jóvenes que aquello me parecía muy divertido. Hoy no lo quiero ni imaginar.
Se sintió una princesa en...
Asís. Vimos los famosos frescos y dormimos en una casa rural donde nos dieron leche caliente y edredones. Y pudimos ducharnos, que falta nos hacía.
¿De verdad eran sólo amigos?Amigos y nada más que amigos, lo juro, aunque recuerdo sentir todo el rato una especie de culpabilidad, como si aquello no estuviera bien.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de junio de 2006