Difícil parece que en un deporte donde los participantes se lanzan en una moto a más de 200 kilómetros por hora cualquier carrera se pueda decidir por una milésima de segundo, la mínima unidad temporal que un cronómetro puede identificar. Ayer, de nuevo, ocurrió en la carrera de 125cc del Gran Premio de Italia. Y fue el piloto local Mattía Pasini quien, tras ofrecerse la repetición del vídeo-finish, pudo celebrar con su hinchada la victoria.
Una vez más fue el instrumento audiovisual el que sacó de la encrucijada los resultados más ajustados; el italiano aventajó en un centímetro de neumático al talaverano Álvaro Bautista, líder del Mundial y que, tras acusar en Le Mans un fallo eléctrico en su Aprilia que le apartó del podio -finalizó cuarto-, volvió a subirse al cajón. Tercero fue el checo Lukas Pesek, autor del mejor tiempo en los entrenamientos y que, tras una deficiente salida, remontó posiciones hasta contactar con los de cabeza.
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"Me he divertido un montón porque nos hemos adelantado muchas veces", reconoció un risueño Bautista, que esta temporada exhibe a los mandos de una Aprilia del equipo Aspar una regularidad superior. "Lo más importante es que he conseguido aumentar mi ventaja [hasta los 31 puntos] al frente del campeonato con respecto a Kallio", ahondó el español de 22 años. En Mugello, el finlandés de KTM, su perseguidor más inmediato en la clasificación general, terminó el sexto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de junio de 2006