El miércoles 7 de junio, su periódico publica la respuesta del director de Comunicación del Ministerio de Educación y Ciencia a una lectora, en la que afirma que, "gracias a que nos adaptamos al espacio europeo universitario, nuestros estudiantes estarán mucho mejor formados y tendrán un título comparable y homologable al que expiden las universidades de 44 países".
Pues bien, si, como se desprende de esta afirmación, estamos "mucho mejor formados" los que poseemos una titulación superior de uno de estos países -en mi caso, de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido-, y son los planes de estudios españoles los que deben alcanzar el nivel europeo, ¿cómo se entiende que nuestros títulos resulten prácticamente inútiles en España y su homologación un verdadero calvario burocrático?
Las continuas negativas y los enormes obstáculos para hacer valer nuestras titulaciones, bajo pretexto de que las asignaturas impartidas en nuestro país son más extensas, provocan tales cotas de frustración que muchos de nosotros hemos acabado volviendo al extranjero, donde estas dificultades desaparecen milagrosamente y nuestras licenciaturas se aceptan sin mayores problemas en casi toda Europa. Ahora dicen, al contrario, que ajustarse a los estándares europeos va a mejorar la formación de los estudiantes españoles: por favor, que alguien me explique la actitud esquizofrénica del ministerio en esta materia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de junio de 2006