TRES SIGLOS después de su aparición, la máquina de vapor vuelve para mejorar el rendimiento de los motores de los coches. La idea es integrarla en las mecánicas actuales y aprovechar el calor que producen los propulsores para producir vapor y utilizarlo para mover el vehículo. Esta fuente de energía suplementaria aligeraría el trabajo del motor convencional y permitiría reducir el consumo y aumentar la potencia.
BMW está probando la solución en sus laboratorios y los resultados son prometedores: un motor 1.8 de cuatro cilindros gasta un 15% menos, rinde 14 CV más y tiene un par o fuerza de empuje 20 Nm superior. El sistema recupera hasta el 80% del calor que se pierde por el escape y lo utiliza para generar el vapor, que después ayuda a mover el cigüeñal del motor complementando la fuente energética principal (gasolina o gasóleo).
En la imagen se puede apreciar cómo la acción del dispositivo va enfríando los escapes mientras los tubos de color verde recogen el vapor producido y lo envían al motor. El avance está en fase de desarrollo, pero BMW confía en poder aplicarlo a sus modelos de serie en un plazo de cinco a 10 años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de junio de 2006