"Esto es sólo el principio, los cohetes continuarán", advirtió ayer por la mañana un portavoz de las Brigadas de Ezzedin al Kassam, el brazo armado de Hamás. El lanzamiento de una quincena de cohetes Kassam supone la ruptura de la tregua mantenida desde hace 16 meses por este grupo. Otras milicias dispararon siete proyectiles más. "Los ataques son la respuesta a los crímenes sionistas y al asesinato de civiles en Gaza", explicó el portavoz.
El viernes por la tarde, un bombardeo israelí sobre una concurrida playa de la franja mató a siete personas (al principio se hablaba de diez): tres niños, sus padres y dos parientes más de una familia, los Ghalia, que ya perdió a seis miembros hace dos años en otro ataque. El funeral por los Ghalia fue multitudinario. Y todos tenían en mente a Huda, de siete años, que se ha quedado huérfana y sin familia directa. Incluso el presidente Mahmud Abbas la mencionó al anunciar su referéndum. Preguntó Abbas: "¿Qué culpa tenía ella?". "Pido a los líderes mundiales que hagan algo", imploró.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de junio de 2006