Una niña nació el sábado en un hospital de Milán (Italia) de una madre que se encontraba en estado de muerte cerebral. Nació en la vigésimo novena semana de gestación, pesa 713 gramos y se encuentra en incubadora con cuidados intensivos. La madre, de 38 años, estaba ingresada en el hospital por un aneurisma cerebral, desde la decimoséptima semana de gestación. El equipo médico decidió practicar una cesárea para salvar a la pequeña después de detectar una caída de la presión en el cuerpo de la madre y otras señales de riesgo.
"Voy a la cámara ardiente y lloro, vengo aquí, donde está mi hija, y me lleno de felicidad". Así explicó el padre sus sentimientos encontrados por la muerte de su mujer y la vida de su hija, a la que pondrá el nombre de Cristina Nicole. La niña "es vivaz, reacciona y respira con autonomía sin necesidad de oxígeno suplementario. También permanece estable el aspecto cardiocirculatorio, sin que necesite medicamentos. El pronóstico es reservado, dado lo prematuro del nacimiento y el escasísimo peso", dice el parte médico hecho público ayer.
Hasta el momento se han registrado otros diez casos en los que se ha prolongado la vida de la madre para que pudiera nacer el feto en buenas condiciones de vida. En este caso, la prolongación artificial ha sido de 78 días y el peso de la pequeña es el más bajo de todos los observados hasta la fecha.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de junio de 2006