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La desertificación afecta ya al 28% de Andalucía

La desertificación afecta ya al 28% de la superficie de la comunidad andaluza, con las consecuencias que ello conlleva en cuanto a pérdida de productividad agrícola y reducción de posibilidades de desarrollo sostenible. Sólo el sector agrícola andaluz pierde cada año 71 millones de euros por la desertificación, buena parte ellos derivados de los 80 millones de toneladas de suelo de olivar que se pierden anualmente.

La Consejería de Medio Ambiente centralizó ayer en Jaén, "uno de los territorios con más biodiversidad de Europa", según la Junta, los actos del Día Mundial de la Desertificación y la Sequía. El director general del Medio Natural, José Guirao, y la delegada provincial, Amparo Ramírez, sobrevolaron, junto a los medios de comunicación, el corredor ecológico Mágina-Cazorla, en el sureste de Jaén, un territorio con paisajes producto de la desertificación heredada en donde se dan procesos de desertificación activa (donde el protagonismo viene de la mano del hombre). Con todo, Jaén y Sevilla son, después de Cádiz, las provincias con menor nivel de desertificación actual de Andalucía, con unos porcentajes medios por debajo del 12%. José Guirao se refirió ayer a que la desertificación en Andalucía se asocia de forma tópica y errónea a algunos paisajes almerienses, y recordó que este proceso se vive también en los cultivos de regadío o secano. Así, la desertificación actual se distribuye por toda la región, con especial incidencia en los ámbitos litorales y prelitorales de Málaga y Granada, y en los cultivos del interior andaluz (Córdoba, Jaén y Sevilla).

Otra confusión en los territorios eminentemente forestales es asociar desertificación con erosión. "La realidad es que la erosión es sólo uno de los procesos ecológicos que conducen a la desertificación, proceso en los que hay que contabilizar además la salinización de suelos y acuíferos o la contaminación química por inadecuados manejos agrarios", señaló el director general del Medio Natural.

Malas prácticas agrícolas

Para la Consejería de Medio Ambiente, las causas principales de este proceso son la existencia de grandes zonas con clima semiárido y extrema variabilidad de las lluvias; las prácticas agrícolas intensivas, tanto en cultivos leñosos como hortícolas, y el progresivo abandono de la agricultura tradicional; el relieve desigual con fuertes pendiente; la incidencia de los incendios y la actividad minera; y la explotación insostenible de los recursos hídricos y la sobreexplotación, pues el 30% del agua consumida en Andalucía procede de acuíferos subterráneos.

La Junta aprobó en 2004 el programa andaluz de control de la desertificación, con un horizonte de 10 años de intervención desde diferentes consejerías. Hasta el momento se han invertido 1.022 millones de euros en ayudas a la gestión forestal sostenible y en conservación de suelos en la superficie pública. Este año la inversión superará los 217 millones de euros, más otros 300 en políticas del agua. José Guirao advirtió ayer que las ayudas agrícolas de la Política Agraria Común en el periodo 2007-2013 van a estar condicionadas a criterios de sostenibilidad ambiental y buenas prácticas agrícolas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de junio de 2006