Decidió no forzar la musculatura del hombro izquierdo y acatar el consejo que le ofreció el médico a pie de pista. "Es mejor que te retires", le sugirió tras explorarle la articulación. Así, Rafael Nadal abandonó en los cuartos de final el torneo de Queen's (Londres) cuando empataba a una manga (6-3 y 3-6) con el australiano Lleyton Hewitt. Sus muecas de dolor sobre la hierba evidenciaron que no estaba en condiciones óptimas para afrontar el final del encuentro. Menos aún para, en caso de ganar, completar el campeonato. Lo que no pudo hacer un tenista, doblegarle, lo consiguió una inorportuna sobrecarga. Se terminó su magnífica racha de 26 victorias consecutivas. Los esfuerzos acumulados en las últimas semanas, con las victorias en Montecarlo, Roma, Godó y Roland Garros, le pasaron finalmente factura.
"¿Qué te ocurre?", le preguntó Hewitt mientras le daba la mano. "Siento un dolor muy fuerte en el hombro", le respondió quedamente el español. "Eso te pasa por jugar tantos partidos seguidos...", bromeó el aussie a pie de pista y enfilaron hacia los vestuarios. Hewitt, contento; Nadal, cariacontecido por la derrota y por la propia preocupación por la lesión. "Es una pena, porque estaba jugando mi mejor tenis en este partido", se lamentó el zurdo con cara de pocos amigos.
El semblante de su entrenador y tío, Toni Nadal, sin embargo, era menos preocupante. "A Rafa le molestaba el hombro a la hora de poner la raqueta en contacto con la pelota", analizó. Y, tras consultar con el médico, amplió: "No parece nada grave y creo que en dos o tres días estará recuperado". Para acabar de cerciorarse, Nadal abandonará Londres -donde a partir del 26 de junio se disputará el torneo de Wimbledon- y viajará a Mallorca para hacerse unas pruebas y ver el alcance exacto de la lesión. "No sé si estaré en Wimbledon. Espero que sí", comentó. Su tío respondió por él: "Sí que estará".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de junio de 2006