Un sueldo de 550 euros. Un hijo albañil de 25 años que vive con ella en un piso de alquiler. La renta les supone 620 euros. A la ecuatoriana Soledad Guarnizo no le salen las cuentas. Por eso sus esperanzas estaban puestas ayer en el sorteo. En el número 603. Pero no tocó. "No sé qué vamos a hacer ahora; tendré que sentarme a hablar con mi hijo. De alquiler no podemos seguir, pagamos un montón", se lamentó Soledad, de 44 años.
"Ahora trabajo en un hipermercado de Alcorcón, pero me tengo que buscar otra cosa donde me paguen mejor", afirmó Soledad, que a las deudas tiene que añadir el dinero que manda a Ecuador.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de junio de 2006