Antes de que el seleccionador español, Luis Aragonés, entrara ayer en la sala de prensa del hotel en que se hospeda el equipo, Raúl fue a su encuentro. Aunque no buscaban la foto, ambos bromearon públicamente sobre el sitio en que se encontraba el comedor en una imagen opuesta a la del entrenamiento de ayer en Kamen. Había que destensar el ambiente y ya no hubo más run-run sobre el dietario de la suplencia de Raúl.
El técnico se sorprendió reiteradamente por la trascendencia mediática del incidente, "porque se sacan las cosas de quicio", y abundó en su buena relación con el capitán. "Durante los dos años que llevo en el cargo hemos estado hablando siempre, incluso cuando no estábamos concentrados. Es normal que a un jugador de su calidad y categoría se le vea más serio, pero él está haciendo todo lo posible por que el equipo crezca". "Ha jugado 40 minutos", prosiguió; "le entiendo porque a mí me pasaría lo mismo. Lo que me pregunto es por qué se buscan malentendidos. Tengo una buena relación con él". Y remachó: "Bueno, ya no hablo ni un segundo más de eso. No pierdo más el tiempo. No entiendo ni comprendo que se puedan decir según que cosas. Se acabó. Raúl es un chico humilde".
"Es normal que a un jugador de su categoría se le vea más serio. A mí me pasaría lo mismo"
Los compañeros de Raúl abundaron en la misma dirección. Casillas, por ejemplo, que comparte club y selección con el capitán del Madrid, contestó cuando fue requerido sobre la situación del delantero: "Yo le veo igual que siempre. Está claro que cuando un jugador de sus características y peso en el vestuario no sale en el equipo desde el principio pueda parecer que no está contento, pero eso no quita que siga ayudando al equipo y lo anteponga a su situación. Raúl es un ejemplo".
Luis se muestra tan explícito en la sala de prensa como expresivo en el campo de entrenamiento. Ya ocurrió en vísperas del partido contra Ucrania y se repitió antes del choque de hoy con Túnez. Igualmente respondió que bromeaba con Cañizares cuando se le demandó si había tenido un pique con el portero. Pese a que no siempre los ha contextualizado, el seleccionador ha relativizado los cara a cara que ha mantenido con Cañizares y Raúl. El capitán, por lo demás, asume como puede su situación. Otra cosa es que le incomode la suplencia y no comparta el criterio del técnico, que ha iniciado una seria renovación en la convocatoria y también en la alineación del equipo español.
Raúl ha perdido su sitio en beneficio de un futbolista dinámico y agitador como Luis García mientras Cañizares sigue siendo suplente y otros veteranos como Míchel Salgado y Albelda han sido relegados inicialmente por Sergio Ramos y Xabi Alonso. El relevo generacional se visualiza en cada partido y, en cierta manera, se discute en cada entrenamiento por el carácter de los afectados y también de un técnico cuya gestualidad y expresión oral provocan interpretaciones contrapuestas, ya sean benignas o malignas, en función del observador.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de junio de 2006