1. Gobernar. Eso es lo que esperan los ciudadanos: menos política barroca y más políticas concretas. Garantizar que la enseñanza pública funcione de forma adecuada en septiembre, que la sanidad pública atienda a los pacientes, que se hagan políticas para favorecer el acceso a la vivienda... Tiene la legitimidad política necesaria. No es un Gobierno "en funciones". De hecho, la percepción que se tiene del Gobierno y el respaldo a éste y a su presidente han mejorado desde que tiene más coherencia política.
2. A nadie. Todos han dejado muchas plumas durante los dos últimos años y, sobre todo, el domingo. Con los niveles tan bajos de participación, ningún partido puede estar satisfecho y pensar que los resultados le favorecen. El que lo piense se comporta como un autista político.
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3.Todos son posibles. Es un escenario abierto: tripartito con los mismos, tripartito con algún socio nuevo, bipartito socioconvergente, monopartito de mayoría absoluta o con apoyos parlamentarios, aunque poco probable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de junio de 2006