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"Esto es un infierno psicológico"

"Desde el primer día que llegaron ellos, ya no quisieron a las monjas. Eso fue en junio de 2001. Lo comunicaron al profesorado y personal de administración". Personal que lleva más de 15 años en el centro confirma que "la plantilla ha cambiado mucho, habrá un 30% de gente nueva". "Sabemos que hay hasta cinco personas de baja, que están de baja por depresión, excepto uno que se ha largado pero procuran comunicar lo mínimo".

El momento más crítico, según las denuncias contenidas en los expedientes, se dio con "el cambio de titularidad oficial el verano pasado. Mandaron una carta de vida laboral del Ministerio de Trabajo donde se daba de baja a las Adoratrices y al día siguiente se daba de alta FASTA". "Cuando llegó la carta, tuvimos miedo de firmar, porque creíamos que podíamos estar despedidos". ¿Por qué? "Porque todo el que no esté de acuerdo con su ideología va fuera. Además, nos hemos dado cuenta de que no se les puede contestar, porque sólo te llevas disgustos".

"Utilizan la presión psicológica, la ha habido con alumnos, con personal que está de baja", coinciden testimonios de empleados y padres. ¿Cómo se lleva eso? "Pues con mucho sufrimiento... muchísimo. Es un infierno. Porque, además, tenemos hijos, amigos, sobrinos que van al colegio, gente que piensa como nosotros -que es la mayoría- y no podemos hacer nada desde dentro". "Nadie nos ha apoyado. Esto es un infierno psicológico".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de junio de 2006